El directos de instituto Navarro Villoslada, Alberto Arriazu, ha criticado la falta de consenso educativo de la clase política asegurando que “cada cambio de ley supone muchísimo trabajo en aspectos que poco benefician al alumnado” y ha pedido mayor inversión en infraestructuras, estabilidad en el profesorado y reconocimiento de las direcciones.
Arriazu ha hecho estas consideraciones durante la apertura oficial del curso 2021–2022, que se ha realizado este lunes en el instituto pamplonés coincidiendo con la celebración del 50 aniversario del centro, un acto al que han acudido, entre otras personalidades, la presidenta del Gobierno foral, María Chivite, el alcalde de Pamplona, Enrique Maya o el consejero de Educación, Carlos Gimeno.
Para mejorar la educación “sería bueno alcanzar un consenso educativo”, ha defendido lamentándose de que esto “se ha convertido en una utopía” y considerando que “no ser capaces de llegar a acuerdos importantes para la sociedad no dejan en buen lugar a la clase política”.
“Cada cambio de ley supone muchísimo trabajo en aspectos que poco benefician al alumnado, más vale que estamos los centros educativos para dar tranquilidad y certidumbre”, ha declarado.
Para el profesorado “hay que garantizar su estabilidad y desarrollo profesional” ha reclamado defendiendo que necesitan “claustros estables, competentes y trabajando en equipo para conseguir los objetivos propuestos en cada centro”.
También ha considerado que hay que mejorar la función directiva garantizando que sean competentes y con proyecto, algo para lo que es necesario “un mayor reconocimiento y confianza” materializado en una subida de sueldo y mayor capacidad de decisión y autonomía.
El director del Navarro Villoslada ha instado igualmente a las autoridades a mejorar las infraestructuras de los centros educativos, que “deberían ser los edificios más bonitos y agradables de las ciudades, donde apetezca estar”, y ha aprovechado para reclamar un espacio cubierto en el patio de su instituto.
Los centros educativos, ha indicado, “deberían ser un reflejo de la sociedad en la que están inmersos y actualmente no es así”, pues “las leyes por si solas no corrigen las desigualdades” y Pamplona, a su parecer, continúa siendo “una sociedad muy clasista a la que no le gustan las mezclas”.
“Para aprender a convivir con personas diferentes hay que convivir con ellas” y este “es un aprendizaje práctico y continuo” que “no se aprende en los libros”, ha apuntado defendiendo que todos lo centros educativos navarros deberían comprometerse en tener una educación equilibrada pero lamentando que esto “actualmente no es así”.
Así mismo, ha querido reivindicar que todas las personas que trabajan en el ámbito de la Educación, desde el consejero hasta cualquier trabajador de un centro, debe tener claro que les pagan para trabajar “por y para cada alumno y alumna”.
El Navarro Villoslada, ha recordado, nació hace medio siglo en los años de final de Franquismo ante la necesidad de escolarizar a los hijos de trabajadores que llegaron a Pamplona “a mejorar su condiciones de vida” e intentar dar un futuro mejor a sus hijos, pasando por sus aulas durante este tiempo más de 13.000 alumnos y 2.200 profesores.
Este y el resto de colegios e institutos públicos nacidos en esos años, ha señalado, dieron comienzo a lo que es hoy en día al educación pública: “el lugar donde se da la necesaria cohesión social combatiendo planteamientos y comportamientos excluyentes”.